viernes, 30 de marzo de 2018

El dolor de la conciencia


Quiero vomitarlo todo,
Todo lo que llevo dentro
Por más que busque no encuentro
Ponerme de pie en el lodo.
Y me arrastro con los codos
Por el fango pestilente
Escapando a la corriente
De la desesperación.
Sólo una absurda visión
De dos egos impacientes.

Entender las diferencias,
Aceptar profundamente
¿Fue esto acaso diferente
De mis otras experiencias?
Más allá de mis carencias,
¿Será que me viste a mi?
Aceptó que no te vi
Desde mi ego maltrecho
Se me ha clavado en el pecho
El dolor de estar sin ti.

Se van abriendo los ojos
A los hábitos y daños
Pues no quiero más engaños
Ni aferrarme a los despojos.
Los silencios, los enojos
Son agresiones también
Y bajarse de ese tren
Requería de un trabajo
No enfrentarlo sólo trajo
Frustraciones a mi andén.

Las mochilas que cargamos
Son producto de una historia
Que forja nuestra memoria
Y el camino en el que andamos.
Todo lo que nos amamos
Sin querer nos hizo ver
Lo bello y feo también
Que guarda nuestro interior.
El trabajo posterior
Corresponde a cada quien.

Un amor que pudo ser
La potente inspiración
De aquella transformación
Que nos haría crecer.
Mas no basta sólo ver
Lo que  llevamos adentro
Hay que buscar el encuentro
Con lo bueno y con lo malo
Y si acaso me resbalo
Volveré a encontrar mi centro.


Así lo fue para mi
Me abrió desde lo profundo
Pues diste vuelta mi mundo
Y te lo di vuelta a ti.
Nuestro amor fue la matriz
Para confrontar mis miedos
Hasta hoy hago lo que puedo
Con mis aciertos y errores
Hoy aceptó los temblores
Y dolores de este ruedo.


Se tiene que terminar
El ciclo de hacernos daño
No quiero más autoengaño
Y no querernos mirar.
Sólo quiero descansar
Mirar las cosas con calma
Dejar respirar el alma
De esta guerra sin motivo
En mi centro sigue vivo
El amor que nos empalma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario